Miles de personas entre lugareños, curiosos y turistas acudieron ayer a Panes para participar durante diez horas en el XXIII Certamen del Queso y la Artesanía de los Picos de Europa. Bajo una amplia carpa, ubicada en el prado de San Román, se instalaron 47 puestos de los que 24 representaban al sector del queso y los otros 23 ofertaban diferentes productos relacionados con la vida tradicional en las tres autonomías con territorio en los Picos de Europa: Asturias, Cantabria y Castilla y León. Y no faltaron los representantes políticos, como los alcaldes de Peñamellera Baja, Peñamellera Alta, Ribadedeva, Cangas de Onís, Caravia, Potes y Cangas del Narcea, además de diputados regionales del PP y Foro Asturias, así como el codirector del Parque Nacional, Rodrigo Suárez Robledano, y el gerente del Programa Leader, Maximino González. También estaban allí Ismael Bayón y José Félix Díaz Longo, representantes de Cajastur.
Se pusieron a la venta más de 3.000 kilos de queso y la demanda resultó muy fluida hasta primeras horas de la noche. Los 23 puestos de artesanía ofrecían un amplio abanico de productos relacionados con las plantas, cuero, joyería y bisutería, madera, calzado, pan y bollería, licores, mermeladas y confituras, miel, tejidos y libros.
El segmento quesero asturiano estaba muy bien representado por las variedades Cabrales, Gamonéu y Beyos, sin que faltaran otras especialidades que van ganando terreno en el mapa regional. A destacar la presencia de la quesería Varé, de Siero; las llaniscas de Ríu Bedón y Vidiago, y la maliaya de Los Caserinos. El Cabrales se vendía a un precio uniforme de 18 euros el kilos, mientras que el de Gamonéu del Valle se movía en una horquilla que iba de 20 a 24 euros.
Fernando Amandi, de Villaviciosa, sorprendió con tres especialidades interesantes: el queso bañado en sidra, el ahumado y el azul. El peñamellerano Manuel Monje aportó buen queso Picón, a 13 euros, mientras que Isabel Valle, canguesa de Nieda, traía un excelente Gamonéu elaborado con las tres leches y madurado en la cueva de Pelacibi.
Desde La Cavada, en Cantabria, acudió el dinámico César Ruiz Cobo con quesucos y tortas pasiegas, ahumado y especialidades de cabra y oveja. Regenta una quesería fundada por su abuela, Brígida Ruiz, en 1917. Luis Alberto Alles se presentó con 95 kilos de la denominación Picón Bejes Tresviso, que vendía a 16 euros el de vaca y a 18 el de vaca y cabra. Y delicioso, una joya, era el queso que cabra que Pedro Labandón traía desde Cabezón de Liébana, bajo la denominación comercial de Quesería Peña Sagra.
De tierras castellanas, concretamente de la localidad zamorana de Santa Cristina de la Polvorosa, se presentó Pedro Toro, de Quesería El Zamorral, con quesos de cabra con doce meses de curación, que vendía a 14 euros el kilo.
Y como invitado de honor figuraba Bodegas del Narcea, una empresa que todos los años elabora 25.000 litros de vino con uva de tres variedades: albarín, verdejo y carrasquín. A Panes trajeron el Tinto de Roble, de la marca Pesgos, con nueve meses de crianza.
Referencias
El Comercio (Guillermo Fernández Buergo)