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El Cares gana la carrera del campanu

La jornada inaugural, con una excelente presencia de pescadores, ofreció media docena de capturas | Fernando López logra el primer salmón veinticinco minutos después de la apertura de la temporada

Se cumplieron los pronósticos. El campanu de 2019 madrugó, incluso más de lo esperado, en una jornada de apertura de la temporada con muerte del salmón que solo ofreció seis capturas. Sin embargo, la sorpresa la dio el Cares . Ganó la carrera. De sus aguas salió el primer ejemplar de la campaña. Y lo hizo por delante del Narcea y el Sella, los ríos a los que apuntababan muchos de los ribereños más avezados durante la semana previa al primer día hábil de la pesca con muerte en el Principado.

El afortunado pescador que logró el preciado ejemplar, que fue adquirido posteriormente por el Restaurante El Bosque de Oviedo por 10.000 euros, fue el ovetense Fernando López Castro, de 54 años, quien ya había disfrutado de ese honor en 2001, también en el Cares, y que participó con su cuadrilla en el campanu del Narcea del año 2003.

Poco antes de cumplirse la media hora de apertura la campaña, concretamente a los veinticinco minutos, el salmón pizó la mezcla de quisquilla y merucu que Fernando López utilizó como cebo. La captura se produjo en el pozo La Pría, de una de las mejores reservas del río, El Tilo, que divide Asturias y Cantabria.

«Fue más rápido de lo que imaginé porque ya entró al anzuelo en la segunda varada», confesó el pescador, que antes de las ocho de la mañana ya se encontraba en el precinto de Siejo (Panes) con el ejemplar. El pez, controlado por el guarda Ramsés Martínez, dio un peso de cinco kilos y una longitud de 77 centímetros. La captura, en su correspondiente guía, reflejó que la hora de pesca se produjo a las 7.40 horas.

Solo cinco minutos después salió de aguas del Narcea el segundo salmón de la temporada. En dicho instante hubo momentos de incertidumbre porque no se sabía con certeza cuál de los dos era el campanu. Pero las dudas no fueron más allá ya que el entendimiento fue total entre las guarderías de La Rodriga y Panes, que determinaron que el válido era el que había echado a tierra Fernando López Castro.

Manuel Fernández, de Collanzo, fue, por su parte, quien obtuvo el campanu del Narcea, a las 7.45 horas, en La Bouza. El ejemplar, que fue controlado en el centro de precintaje de La Rodriga, pesó 4,325 kilos, con una longitud de 73 centímetros. El pescador allerano lo vendió en la subasta de Cornellana por un precio de 4.800 euros al restaurante ovetense Casa Ramón.

Este pescador salió ayer al río junto a su hermano Tomás, que confesó que «siempre pescamos juntos». «Es una zona que frecuentamos mucho», reconoció. Con ellos se encontraba también su padre, un veterano pescador que supo inculcar a sus hijos la pasión por este arte. «Llevo 75 años pescando y tengo 87 años. Voy siempre con la misma ilusión y este año pienso sacar el cupo», afirmó, al tiempo que recordó que el año pasado sacó dos ejemplares en la misma zona, uno de ellos, de 12 kilos. Tomás padre guarda un buen número de recuerdos a orillas del Narcea y, ayer, celebró como propio el campanu de su hijo. «Pesca muy fino. Lo cogió muy bien. De pequeños ya venían conmigo a pescar», comentó sin ocultar su orgullo.

El Narcea no se quedó ahí ya que se pescaron dos salmones más en la zona libre. Los echaron a tierra dos pescadores que no quisieron revelar su identidad. El primero pesó 4,655 kilos y el segundo 6,5 kilos, ambos pescados a cebo natural.

El Cares obtuvo tres capturas antes del mediodía. La segunda corrió a cargo de José Félix Fernández, de la localidad navarra de Lerín, quien la prendió, a las 8.20 horas de la mañana, en la zona libre de Tablada de la Mina. Pesó en la balanza de precinto de Panes 5,6 kilos, con unas medidas de 84 centímetros de longitud y 40 de perímetro.

Curiosamente, en el río de la divisoria asturcántabra salió, a las once y media de la mañana, posteriormente, un tercer ejemplar, que echó a tierra Laureano Toraño, de Lieres, quien ayudó unas horas antes a sacar el campanu de la temporada a Fernando López Castro. El salmón, prendido a cebo natural, pesó 4,850 kilos. Para el pescador lierense fue «una alegría que uno de la cuadrilla sacase otro salmón después de haber conseguido el campanu».

Referencias

El Comercio