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La dificultad de elegir fechas para los cortes retrasa la obra del Desfiladero de La Hermida

La obra para mejorar la carretera del Desfiladero de la Hermida avanza lenta. Tanto que algunos vecinos del lugar alertan de parones en los trabajos. A la dificultad técnica que conllevan estas labores se suma que la N-621 entre la localidad peñamellerana de Panes y la cántabra de Potes discurre por un entorno de gran valor ambiental, catalogado como LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y que linda además con el Parque Nacional de los Picos de Europa.

La estrechez de la vía y la ausencia de itinerarios alternativos cercanos por los que desviar el tráfico de la carretera no facilitan tampoco la marcha de los trabajos. Y por si todo ello fuera poco, a esto se suma que 2017 es Año Jubilar Lebaniego y se espera un gran tránsito de vehículos por esta carretera en el actual ejercicio. Por este motivo se convocó la pasada semana en Potes una reunión a la que asistieron el delgado del Gobierno en Cantabria, el jefe de la Demarcación de Carreteras en la comunidad vecina y los alcaldes de la comarca Lebaniega, junto con el regidor de Peñamellera Baja, para analizar cuáles son las mejores fechas para proceder a realizar los cortes de la carretera al tráfico, con el fin de acelerar las obras.

En aquel encuentro se acordó que los regidores se volverán a reunir en unas jornadas «para establecer un calendario de cortes y que la obra pueda avanzar poco a poco», indica el alcalde peñamellerano, el popular José Manuel Fernández. Esta medida podría ser complementaria a la anunciada el pasado diciembre por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, quien avanzó que los principales trabajos de esta actuación se realizarían durante la noche para tener la menor incidencia posible en el tráfico, ya que para realizarlos se requerirá un corte total de la N-621.

En cuanto a las obras en sí, afectan a diferentes tramos de esta carretera, entre los puntos kilométricos 155,7 y 171,2. El proyecto incluye ampliar la plataforma de la nacional en varios pasos estrechos y en cinco curvas peligrosas. Allí, la anchura de la vía pasará de los cinco metros actuales hasta los ocho e incluirá arcenes. Para poder realizarlo se colocarán voladizos y muros sobre los que se apoyará la N-621. En Peñamellera Baja el tramo afectado por los trabajos es el que discurre próximo a las localidades de Cuñaba y San Esteban.

La actuación incluye la mejora de cuatro puentes sobre el río Deva. Para acometer estas labores también será necesario cortar totalmente la N-621. Los trabajos, que se desarrollan sobre una extensión de casi tres kilómetros en diferentes puntos de esta calzada, cuentan con un presupuesto de nueve millones de euros y están siendo ejecutados por la empresa Acciona. Comenzaron la pasada primavera.

Hasta 7.000 vehículos al día

Por esta carretera circulan al día entre 2.670 y 5.150 vehículos, aunque Fernández indica que en verano hay jornadas con picos de más de 7.000. La mejora de la N-621 incrementará la seguridad de esta sinuosa carretera que discurre paralela al río Deva, un cauce donde hasta marzo es temporada de desove del salmón, lo que también implica que las obras se realicen con un tratamiento especial para no afectar a esta especie.

Con tantas dificultades los vecinos de los municipios por los que discurre esta calzada temen que las obras se paralicen definitivamente y no se lleguen a ejecutar según los plazos previstos, algo que preocupa a los lugareños ya que, según recuerda el alcalde peñamellerano, de esta actuación se empezó a hablar hace 30 años y la mejora de la carretera del Desfiladero de la Hermida aún no se ha llevado a cabo.

Referencias

El Comercio