Estas en:

El alcalde de Peñamellera Baja propone cambiar la fecha de la feria de San Cipriano

El alcalde de Peñamellera Baja propone cambiar la fecha de la feria de San Cipriano

La villa de Panes acogió ayer, sin pena ni gloria, una nueva edición de la centenaria feria ganadera de San Cipriano con bastante público y pocas reses en los corrales. A la grandiosa finca de San Román solo llegaron 68 animales: 52 vacas, novillas y terneras y 16 yeguas y potros. Acudió Marcos Darrocha, director general de Planificación Agraria; el diputado regional Ángel Ricardo Morales, y los alcaldes de las dos Peñamelleras, José Manuel Fernández y Roque Llamazares, así como varios concejales de ambos ayuntamientos.

Al ganadero local Julián Collado, ya jubilado, le pareció que el Ayuntamiento había puesto «poco interés en la feria» y reclamó que «el alcalde en persona, no los que andan a su alrededor que no saben nada, se reúna con la junta ganadera y los ganaderos antes de cerrar el programa».

El alcalde de Peñamellera Baja no quiso entrar en polémicas pero recordó que en 2022 los ganaderos «boicotearon la feria». Ante la poca presencia de ganado comentó que «no estoy contento, porque la afluencia de reses es escasa». Explicó que la feria de San Cipriano «tiene 130 años de historia y nació en épocas en las que primaba el ganado de leche, pero hoy la situación es diferente». En la actualidad «todo el ganado es de carne, está en el monte, y no es rentable bajarlo para estar aquí una hora». Por esa línea precisó que de cara al futuro, a propuesta de los ganaderos, «se impone un cambio de fechas, hacia otoño o invierno».

Ante la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) que asola el ganado en Cantabria, Marcos Darrocha precisó que el Principado lucha en dos frentes: «Evitar la propagación insistiendo en le desinsectación y colaborar con los ayuntamientos que lo pidan».

En cuanto a ventas, un precioso lote de quince terneras pasteras de valles trajo el ganadero local René García Llanos, de Las Navariegas, quien a primeras horas de la jornada traspasó para la localidad cabraliega de Ortiguero dos reses, a mil euros por cabeza. Después, invirtió la mañana en tratar de colocar el lote completo de las trece restantes, a una media de 700 euros cada una. No hubo negocio. Espectaculares yeguas y potros navarros para abasto trajo el llanisco David Sordo Calvo. Por los animales adultos, que pastan en la sierra del Cuera, pedía entre 1.000 y 1.500 euros, mientras que valoraba los potros en 700.

Referencias

El Comercio