El pueblo que tiene más vecinos en Chile que en Asturias (y casi todos son ferreteros) - ayto-penamellerabaja
El pueblo que tiene más vecinos en Chile que en Asturias (y casi todos son ferreteros)
“Hubo un momento en que había más gente de Suarías en Santiago de Chile que en el propio pueblo. Y aunque hoy muchos de aquellos emigrantes nacidos así se murieron, sus descendientes, que ya van por la cuarta generación, siguen muy vinculados con este pueblo y superan con mucho los 51 habitantes viven hoy aquí. Sólo en la asociación cultural tenemos a 40 socios de Chile”. Quien habla es Juan Manuel Martín Caso, el presidente de “El Cantu la Jorna”, la entidad vecinal que articula la vida social de este núcleo peñamellerano, que este año vuelve a intentar hacerse con el premio al “Pueblo Ejemplar” de la Fundación Princesa. En Suarías se mantiene, muy vivo, el vínculo con los asturianos del otro lado del Atlántico.
“Es como si estuvieran aquí”, apunta Martín Caso, en referencia al grupo de WhatsApp que mantiene con sus familiares en Chile. “Hoy, gracias a esto y a internet, se mantienen al día de todo lo que ocurre aquí”, apunta el presidente del “El Cantu la Jorna”. La emigración, de una u otra manera, ha contribuido a reactivar la vida social de Suarías. El primer gran proyecto colectivo que emprendieron los vecinos fue la rehabilitación de las escuelas que en 1890 mandó construir un emigrante, Fernando de la Vega Corces (1824-1906), dotándolas de un maestro que, al andar del tiempo, tendría un hijo, Florencio Gómez Cuétara, que se convertiría en fundador de la conocida marca de galletas que lleva su segundo apellido. En esas escuelas, además, la asociación custodia el archivo sonoro con más de 10.000 grabaciones de canción asturiana recopilado por el periodista Carlos Jeannot, (fallecido en 2014), uno de los grandes conocedores y promotores de la tonada. Rehabilitaron el edificio con ayudas leader y un apoyo municipal “porque nos dolía que se perdiera la obra de un emigrante que lo primero que hace es construir una escuela para que su gente se escolarice”.
Fernando de la Vega Corces no fue un emigrante cualquiera. De hecho, pasa por ser el primero de los indianos asturianos que alcanzó notoriedad empresarial en Chile y ser el origen de una saga de ferreteros, oficio principal al que se dedicaron y aún se dedican los emigrantes de Asturias en aquel país. “De la Vega Corces marchó para allá con 14 años. Iba para Perú, pero como se mareaba se bajó en Valparaíso, donde quedó desamparado. Un emigrante aragonés (José María Bravo) lo acogió. Lo llevó a su ferretería para que aprendiera la profesión y Fernando acabó casándose son su hija (María Bravo Contreras). De la Vega llegó a ser medalla de oro del Gobierno de Chile”, apunta Martín Caso. De aquel matrimonio nacieron 17 hijos y se calcula de hoy hay más de mil descendientes suyos. Una de ellas, María Luisa Avendaño, visitó Suarías en 2014 para descubrir una placa en recuerdo de su tatarabuelo.
De la Vega creó un imperio ferretero “y se fue llevando a mucha gente del pueblo para trabajar con él”, apunta Martín Caso. Uno de sus sobrinos, Cesáreo Noriega, fue uno de los que también emigró a Chile. Y es el protagonista de otro de los nexos de unión entre Suarías y sus vecinos en Chile. Noriega cedió el terreno donde se instala la bolera de un pueblo que está en uno de los concejos de Asturias donde mejor se preserva la práctica de este deporte tradicional, en su modalidad de bolo palma. “Cesáreo Noriega, a su vez, llevó allí a sus sobrinos y hoy, sus descendientes tienen la Ferretería O’Higgins, en Santiago de Chile, que es enorme. Sólo esa familia, hoy en día, tiene más habitantes que los que hay en Suarías”. Esta ferretería fue en 1965 por los hermanos José, Pablo, Luis y Ramón Villar Noriega y hoy siguen patrocinando los premios del memorial de bolos que se organiza en el pueblo. “Y ya vamos por la edición número 20”, apunta el presidente de “El Cantu la Jorna”. “Nosotros preparamos la bolera y traemos a los jugadores, pero los premios los traen ellos”, añade.
Martín Caso también tiene familiares en Chile, como casi todos los de Suarías. Están en Curicó, una ciudad de unos 150.000 habitantes situada en el centro del país. Esta familia, que se dedicó también a la ferretería y tenía negocios de supermercados, ya va por la cuarta generación: los que tienen entre 40 y 50 años. Esos tienen negocios de la construcción de infraestructuras. Y el nombre de la empresa, pese al tiempo que ha pasado, es: “Suarías”. “Están muy implicados con la asociación, de Chile casi siempre viene gente al pueblo, cada dos o tres años viene un grupo de siete u ocho. La felicidad de ellos es poder quedarse en el pueblo”.